martes, 6 de octubre de 2009

Fuga hiperbólica



Una hipérbola gira alrededor del eje que pasa por su vértice, da una vuelta completa y al hacerlo una superficie se forma dejando un espacio circular en su interior, y es que al rotar todos los puntos de su línea dibujaron circunferencias, las mismas que formaron un espacio unidireccional; encerrándolo a manera de túnel; abertura longitudinal de sección circular. Una garganta alargada que se estrecha poco a poco hasta que su circunferencia central casi sea un punto, casi hasta rozar el vértice de la hipérbola, casi hasta la desaparición, la estrangulación… Pero se vuelve a abrir como tomando aire o dispersando luz y como añorando horizonte se expande en fuga el espacio.
Esa garganta, ese espacio circular, ese confinamiento gutural es un hiperboloide.

Primero fue una línea que recorrió la pared, una línea en el espacio, una línea que avanzó por el hiperboloide, su camino fue su huella y a su paso una grieta quedó; fisura helicoidal que abrazó la superficie sustrayendo de ésta una porción exactamente igual a su pisada.
Luego vinieron más, otras líneas espaciales rodearon la pared. Ahora su muralla está revestida, envuelta de líneas trepadoras, líneas que la recorren, que la transitan, que crecen sistemáticamente por esa pared, como hiedra helicoidal que dejó de ser línea para transformarse en superficie. En este momento ella constituye la pared del hiperboloide, ella es hiperboloide.













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